Eran las 16:30 horas y tenía resaca. Sergio y yo nos veríamos a las 17 horas. No podía dejar de asistir. Era el momento de aclarar todas nuestras dudas. Habían surgido muchas en tan solo dos semanas.
Llegue al lugar donde nos reuniríamos. Era un poco tarde. Sergio siempre había sido muy amable. Y ese momento no fue la excepción. Abrió la puerta y subí a su auto.
Todo el camino no dijimos nada. Cuando llegamos pedimos dos cafés. Comencé a decir lo que había sucedido. El día de la fiesta de Fácil. Raúl me había robado un beso. No había significado nada para mí. Sergio tomo mi mano. Comenzó a llorar y me miro a los ojos. Explicando como había sucedido que él podría ser padre. Aclarando. Fue antes que te conociera. La chica no está segura de estar embarazada. Apenas va hacerse una prueba. Me avisara cuando estén los resultados. Comentando que por eso no quería verme. Se había enterado un día después de la fiesta.
Fue algo muy impactante para mí. Era un problema muy grave. No sabía qué hacer, ni decir. Por un lado mi orgullo y por otro el dolor de saber que podría perder una persona que era especial para mí.
Decidí apoyar a Sergio. No quería perderlo. Esperaríamos a los resultados. No importara lo que pasaría. Siempre seriamos muy buenos amigos.
Ya era muy tarde y al otro día tenía que ir a trabajar. Le pedí que me llevara a mi casa. Evité volver a tocar el tema. Ya no quería saber nada de eso. Solo que ya supieran los resultados.
Cuando llegamos a mi casa. Estaba mi primo y Raúl. Observaron que baje del carro de Sergio. No hicieron ningún comentario. Solo me despedí de él con un abrazo y diciéndole que lo vería mañana en trabajo.
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